
Duque de Sesto
Share
Con sangre noble y espíritu inquieto, José Osorio y Silva, más conocido como el Duque de Sesto, fue mucho más que un aristócrata de altos títulos. Hijo de Nicolás Osorio y Zayas y de Inés de Silva —nieto de marqueses por parte de madre—, heredó desde joven una impresionante fortuna y una colección de títulos que incluía los ducados de Alburquerque, Algete, Sesto, y varios marquesados como Alcañices, Leganés y los Balbases.
A pesar de todos estos títulos, Madrid lo conocía con cercanía como Pepe Alcañices. Era carismático, influyente y querido por la sociedad madrileña.
🏛️ El alcalde que transformó la ciudad
Con solo 28 años, fue nombrado alcalde de Madrid y más tarde, Gobernador Civil. Su gestión se destacó por una fuerte inversión en obras públicas, y sobre todo, por su preocupación por la salud urbana: fue uno de los impulsores de una red moderna de alcantarillado, fundamental durante una época en la que las epidemias eran frecuentes.
Durante las crisis sanitarias, como la del cólera, no se quedó en su palacio: visitaba personalmente hospitales y zonas afectadas. Su compromiso fue tal, que tras la muerte de su madre por la enfermedad, quedó marcado por la duda de si él mismo habría llevado el contagio a casa.
💔 Intrigas del corazón
Pero no todo fue política y progreso. La vida del Duque también tuvo lugar para las pasiones escondidas. Se enamoró de Francisca de Guzmán y Portocarrero, duquesa de Alba, aunque sin ser correspondido. La historia dio un giro dramático cuando Eugenia, hermana de Francisca y futura emperatriz de Francia, se enamoró de él. Al no ser correspondida, intentó quitarse la vida en un acto trágico y apasionado.
Años más tarde, ya con más de 40, el Duque se casó con Sofía Troubetzkoy, una princesa rusa viuda del Duque de Morny y considerada una de las mujeres más hermosas y elegantes de Europa.
🕊️ Un caballero entre dos mundos
De baja estatura, andar curvado y carácter noble, el Duque de Sesto era una figura que despertaba respeto y afecto. Incluso en épocas de revolución, lograba moverse entre Madrid y París con cierta libertad, prueba de su habilidad política y el cariño popular que cosechó a lo largo de su vida.
Fue, sin duda, uno de esos personajes que combinan historia, poder y humanidad. Un verdadero caballero del siglo XIX... con alma de Duque y corazón de pueblo.
Compra aquí la camiseta del Duque